“¡Qué calor!” es la frase que no hemos dejado de escuchar y comentar en los últimos dos meses. Con las altas temperaturas estar activo, y más aún, llevar a cabo una actividad intensa como en el caso de los deportistas, se convierte en todo un desafío.
La clave está en el termorregular. ¿Te suena? Este concepto y otros temas relacionados con los cambios de temperatura corporal están directamente relacionados con la psiconeuroinmunología clínica.
Digamos que existe una relación entre la temperatura intestinal, la temperatura cerebral y la aparición de la fatiga, y la termorregulación es capaz de controlar algunos condicionantes derivados del estrés térmico, como la sensación de calor o el temido cansancio, optimizando así el rendimiento.
Hablemos entonces y antes de nada de la termorregulación, cómo funciona y cómo puede afectar al organismo…
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Termorregular, algo inherente al ser humano
La capacidad de detectar cambios de temperatura y mantener la temperatura corporal a unos niveles estables, no es algo nuevo, sino que es algo inherente a la supervivencia humana.
Hasta el punto de que algunos investigadores apoyan la tesis de que el calor ha jugado un papel determinante en la síntesis y la supervivencia de los primeros seres vivos (unicelulares), donde la evolución hacia los seres multicelulares como los anfibios, los peces o los reptiles se produjo por esta predisposición y adaptación a mantener la temperatura ideal.
La homeostasis fisiológica, es decir, la capacidad de mantener el cuerpo a una temperatura corporal óptima, se lleva a cabo a través de diferentes mecanismos.
Los seres humanos somos endotermos, es decir, generamos calor internamente para regular nuestra temperatura corporal a través de la producción, absorción y pérdida de calor.
Así, la termosensibilidad, la termorregulación y la termoprotección son el eje central de la homeostasis y de la supervivencia por sentirnos en buenas condiciones dentro del entorno que nos rodea.
En el momento que se produce un desajuste de ± 3,5 °C con respecto a la temperatura de 37 °C, que es la normal para estar estable, puede provocar serias consecuencias provocando incluso la muerte, y en el caso de la práctica deportiva el riesgo es elevadísimo, ya que el esfuerzo físico intenso y prolongado alcanza entre los 37- 42 °C en reposo, un nivel de temperatura tan elevado, que puede afectar a las funciones orgánicas y al sistema nervioso central.
¿Cómo funciona nuestra temperatura corporal? la importancia del cerebro y la piel
El cuerpo humano tiene dos tipos de temperatura: la temperatura central interna (Core Temperature, Tc) que mide la temperatura de las cavidades abdominal, torácica y craneal, que se regula por el cerebro, y que suele oscilar alrededor de los 36,8 °C en reposo.
Y por otro lado, tiene una temperatura ambiente (Shell Temperature, Ts) que se refiere a las temperaturas de la piel, el tejido subcutáneo y los músculos, que dependen del flujo sanguíneo y de las condiciones ambientales.
Tanto las propiedades ectotérmicas de la temperatura de Ts (a las que el ser humano se va adaptando según el ambiente exterior) como las endotérmicas de Tc (absorbiendo la energía en forma de calor), deben mantenerse en sincronía para un funcionamiento normal del cuerpo.
En cuanto se produce cualquier alteración drástica en las temperaturas, ello influye considerablemente en el estado anímico y de la salud de forma peligrosa,
- Bien por hipertermia, debido a las temperaturas extremas (>42°C), que puede afectar directamente a la función orgánica y celular, provocando inflamación, cecrosis tisular y posibles fallos multiorgánicos.
- Bien por hipotermia (Tc <35 °C), donde en este caso se alterarán las funciones cardiovasculares, respiratorias, del sistema nervioso central, desencadenando en daños musculares, edema pulmonar, hipotensión, bradicardia e insuficiencia renal.
Ahora que sabes un poco más cómo funciona la termorregulación y cómo nos afecta con una alteración extrema de las temperaturas, en la segunda parte de este post, vamos a ver cuáles son los mecanismos capaces de controlar estos cambios, y cómo el empleo de estas técnicas y herramientas permitirán que el organismo se mantenga en óptimas condiciones y a pleno rendimiento.
Fuente:
Lim, C. L., Byrne, C., & Lee, J. K. (2008). Human thermoregulation and measurement of body temperature in exercise and clinical settings. Annals Academy of Medicine Singapore, 37(4), 347.
Llevo más de 20 años dedicado al campo de la salud y de la formación, especializado en el ámbito de la Psiconeuroinmunología clínica.
He tenido la suerte de formarme y entrar a formar parte del equipo del Dr. Leo Pruimboom, la gran referencia internacional en esta disciplina.
Me apasiona mi labor docente, poner al servicio de cientos de alumnos de todo el mundo todo este bagaje y conocimiento para acompañarles en el proceso de formación en esta maravillosa disciplina.
Igualmente disfruto y aprendo de mis pacientes en mi labor clínica diaria.