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 La osteoporosis, mucho más allá de la prevención (I).
La osteoporosis, mucho más allá de la prevención (I)

La osteoporosis, mucho más allá de la prevención (I)

Dolencias 25 enero 2023

La osteoporosis es uno de los trastornos más frecuentes de nuestra población actual.

Forma parte de las afecciones afecciones más “calladas” o silenciosas de nuestra sociedad, y parecerá increíble, pero según un informe de 2022 de la Fundación Internacional de Osteoporosis, en España nada menos que cerca de 3 de millones la padecen, especialmente las personas de mayor edad, y aunque también afecta a los hombres (casi al 21%), se ceba más con las mujeres (un 79,1%).

Se trata de una enfermedad que no presenta síntomas, de ahí que algunos de los pacientes no sean conscientes ni de que la tienen.

Por otro lado, se tiende a pensar que algunos dolores de espalda o de la cadera están directamente relacionados con la osteoporosis, pero lo curioso es que no presenta sintomatología con dolor. Es una afección que produce un riesgo mayor de sufrir una fractura. Cuando da la cara, puede manifestarse por ejemplo, mediante alguna caída repentina al estar de pie, o a consecuencia de algunos golpes de menor intensidad.

Desde la PNIc se han llevado a cabo estudios completos para entender un poco más los desencadenantes de la osteoporosis, qué elementos y qué factores inciden de forma directa en el sistema, y qué retos existen a día de hoy para poder evitarla o paliar sus riesgos cuando llegamos a la mayoría de edad.

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¿Qué es la osteoporosis? epidemiología y unos datos alarmantes

La osteoporosis es una enfermedad que afecta principalmente al sistema esquelético del organismo. Se caracteriza porque produce un deterioro microarquitectónico del tejido óseo y la pérdida de masa ósea, aumentando así el nivel de fragilidad y la susceptibilidad a las fracturas.

Aunque hemos hablado de datos más recientes en nuestro país, ya en 2010 se estimó que alrededor de 22 millones de mujeres y 5,5 millones de hombres en la Unión Europea padecían osteoporosis.

Los datos nos dieron bastantes pistas a través del número de fracturas registradas y atendidas. 3,5 millones de estas fracturas estaban asociadas a la fragilidad, de las cuales 610.000 fueron de cadera, 520.000 de vértebras, 560.000 de antebrazo y 1.800.000 de cualquier otro tipo.

Estos accidentes se tradujeron en un coste para el sector sanitario de unos 37.000 millones de euros, que se estima aumenten en un 25% para el año 2025. Con el gran desembolso que supone esta partida presupuestaria, lógicamente se debe abordar esta enfermedad en un sentido global.

Un reto enorme

La osteoporosis se debe abordar con una visión global y completa, que atienda a todos los elementos que influyen sobre el metabolismo óseo. Y digamos que sí; que este proceso pasa por la dieta y el ejercicio físico, pero además también va más allá.

Porque se debe atender y entender otros hechos que se producen a lo largo del ciclo vital como la importancia de la reproducción, el rol de las hormonas sexuales, el metabolismo de la glucosa, la grasa, la leptina o la microbiota intestinal, junto a alguno de sus productos como la vitamina K2.

El hueso en la evolución humana: la llamada “ganancia de funciones”

Para explicar esta parte nos tenemos que trasladar muy atrás en el tiempo. Concretamente un buen trecho hacia atrás, tras las intensas colisiones de placas tectónicas que ocurrieron hace unos 1.500 millones de años, donde fueron a parar a los océanos enormes cantidades de minerales como el carbonato de calcio.

Este hecho posibilitó que los habitantes marinos como fruto de la interacción con este recurso desarrollasen partes duras como las conchas o las espinas, suponiendo una gran ventaja evolutiva, ya que incrementaron funciones asociadas al movimiento o la defensa.

Hace aproximadamente 500 millones de años aconteció la conocida como Explosión Cámbrica, consistente en una enorme diversificación de organismos multicelulares complejos, que se sostuvo durante un periodo aproximado de 40 millones a de años.

De este modo, llegaron los vertebrados terrestres, y alrededor de durante 350 millones de años la función esquelética se expandió en nuevas direcciones.

Si bien el hueso seguía ejerciendo de depósito de calcio, fósforo y de protección de partes vulnerables del cuerpo, comenzó también a ser lugar de producción de células sanguíneas (médula ósea) al tiempo que contribuía al movimiento y el soporte mecánico.

¿Te está resultando interesante este contenido? Próximamente lanzaremos un nuevo post en nuestro blog con la segunda parte dedicada a la osteoporosis y esos factores que pueden incidir para que esta enfermedad pueda desarrollarse con mayor o menor probabilidad.

Referencias:

  • Hernlund, E., Svedbom, A., Ivergård, M., Compston, J., Cooper, C., Stenmark, J., … & Kanis, J. A. (2013). Osteoporosis in the European Union: medical management, epidemiology and economic burden. Archives of osteoporosis, 8(1), 1-115.
  • Darja Obradovic Wagner y Per Aspenberg, Where did bone come from? An overview of its evolution, Acta Orthop. 2011 Ago; 82(4): 393–398. Publicado online 2011 Sep 2. doi: 10.3109/17453674.2011.588861

Autor

Elena López

Llevo más de 20 años trabajando como fisioterapeuta, pero mi ámbito profesional y mi forma de vida dio un giro de 180 grados cuando me convertí en lo que soy actualmente: especialista en Psiconeuroinmunología clínica. Disciplina que me ha brindado la oportunidad de crecer exponencialmente y que llegó a mí de la mano del Dr. Leo Pruimboom, fundador y referente mundial por excelencia de esta disciplina médica. Una nueva vía de intervención que descubrí cuando aún estaba cursando mis estudios universitarios en Fisioterapia, que cambió mi perspectiva y por su puesto la manera de trabajar con los pacientes.

Labor clínica, con la que no dejo de aprender constantemente y disfrutar cada día. Además, al mismo tiempo me permite desarrollar mi segunda actividad y pasión, la de coordinar el Máster en PNIc. Me encanta mantener un nexo de unión continuo con los grandes referentes y docentes, y comprobar cómo los alumnos van adquiriendo una nueva dimensión de conocimiento y formación.

Todo ello no sería posible sin el motor de mi vida, mi pequeña gran familia, (Gonzalo y mis cuatro hijos) y esos momentos de desconexión. Descargo adrenalina jugando al baloncesto, bailando flamenco y no cambio por nada del mundo disfrutar de un buen vino con mis amigos.

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