Numerosos pacientes padecen la temida hipertensión o tensión arterial alta. Se trata de un trastorno grave que requiere de un control exhaustivo porque incrementa de forma importante el riesgo de sufrir cardiopatías y otras enfermedades. Ahora bien, ¿sabías que el microbioma guarda gran relación y está conectado de forma directa con esta patología?
Existen grandes avances activos en la materia, y aunque en la actualidad queda mucho campo por descubrir, hay gran evidencia de que los microorganismos y las bacterias que conviven en nuestro cuerpo y más concretamente en el intestino, están íntimamente relacionados y pueden influir sobre la hipertensión de varias formas distintas.
En el siguiente artículo vamos a explicar cómo la microbiota puede afectar directamente a la respuesta inflamatoria del cuerpo y a la producción de hormonas que regulan la presión arterial.
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Hipertensión, un diagnóstico sencillo que con frecuencia no da la cara
La hipertensión continúa como una de las primeras causas de mortalidad de los países occidentales.
Se trata de una enfermedad que se ha duplicado prácticamente en poco tiempo y lo más relevante de todo es que muchos hipertensos (más de la mitad de los diagnosticados en el mundo) desconocen que la tienen.
El desarrollo de la hipertensión puede desencadenar en enfermedades cardíacas, cerebrales y renales, y algunos factores de riesgo más comunes son la obesidad o la diabetes.
Aunque su detección y tratamiento es relativamente sencillo (se diagnostica midiendo la presión arterial), podría causar la muerte si no se lleva a cabo un diagnóstico y control eficaz a tiempo.
Las últimas cifras del Imperial College de Londres y la OMS con datos de 2019 realizados a adultos de entre 30 y 79 años, revelan que de los 650 millones que la padecían en el mundo hace 30 años, esta cifra prácticamente se ha duplicado y ha ascendido a 1280 millones en la actualidad.
En paralelo, y aun con programas de prevención, se siguen llevando a cabo estudios de investigación, como el del grupo liderado por el profesor Tao Yang “La disbiosis de la microbiota intestinal contribuye al desarrollo de la hipertensión”, que explican la asociación directa entre la microbiota intestinal y la presión sanguínea en animales.
Las ratas que tenían indicios de hipertensión, presentaban una disbiosis por una disminución de la diversidad de microbios en el intestino.
¿Qué conexión existe entre hipertensión y microbiota?
La conexión entre hipertensión y microbiota es objeto de múltiples investigaciones a día de hoy, y la PNIc no se ha querido quedar atrás.
El intestino alberga billones de bacterias que regulan la homeostasis y nuestra microbiota mantiene una conexión directa con el cerebro, adaptándose así a las particularidades del cuerpo.
Tanto el sistema inmunológico como el sistema nervioso simpático (que activa las respuestas de respuesta del cuerpo ante las señales de alarma) pueden contribuir al desarrollo de la hipertensión.
Por ello y aunque está demostrado que existe una conexión directa, hay numerosos avances en la materia que explican de qué manera las bacterias de nuestro intestino afectan a la presión arterial.
Esta influencia se produce de formas distintas.
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- En primer lugar, puede afectar a la respuesta inflamatoria del cuerpo y a la producción de hormonas que regulan la presión arterial. Por ejemplo, es el caso de algunas bacterias que son capaces de aumentar la producción de péptidos antiinflamatorios, moléculas capaces de disminuir la inflamación y que ayudan a mantener la presión arterial estable.
- Por otro lado, la microbiota puede afectar de forma directa la absorción de nutrientes y la regulación de los niveles de glucemia en sangre, un desencadenante que puede impactar sobre la presión arterial. Se ha demostrado cómo la alteración de la microbiota está directamente relacionada con una mayor absorción de niveles de sodio y una menor absorción de potasio, que finalmente puede incidir de forma directa sobre un aumento de la presión arterial.
- También hay evidencia de cómo la microbiota participa en la disfunción vascular e hipertensión por la angiotensina II.
- Otro punto de coincidencia entre la tensión arterial y el intestino es la relación entre el sistema nervioso entérico (que se encuentra en el aparato digestivo y que nos alerta de la sensación de hambre o de saciedad) y el sistema nervioso central. Una de las investigaciones está centrada en la disbiosis intestinal por hipertensión, que altera el sistema inmunitario intestinal y la activación del nervio simpático, provocando así la presión arterial elevada.