Pensábamos que nunca llegaría, pero finalmente y como cada año el frío intenso ya está aquí. Durante estas semanas de cambio estacional debemos tener mucho cuidado con los enfriamientos y las infecciones de las vías respiratorias altas como gripes y resfriados, teniendo en cuenta que son los virus más frecuentes en esta época del año.
Es sumamente importante preparar el organismo con alimentos que le aporten un extra de vitaminas adecuadas, que lo mantengan fuerte y libre de cualquier agente externo. No te pierdas el siguiente post, donde hablamos de alimentos de temporada para reforzar el sistema inmune durante los meses de otoño y de cara al invierno. Sigue leyendo…
Alimentos de otoño, la mejor elección para nuestra cesta de la compra
Entre los imprescindibles para el otoño se encuentran los antioxidantes, generalmente incluidos en la vitamina C. Las frutas y verduras de temporada también están incluidas entre las mejores opciones.
¿Te gustaría mejorar la salud de tus pacientes y la rentabilidad de tu clínica al mismo tiempo?
Rellena el siguiente formulario y accede totalmente gratis nuestro webinar donde podrás descubrir de la mano de Daniel de la Serna las claves más importantes para mejorar el rendimiento y rentabilidad de tu clínica, favoreciendo la satisfacción de tus pacientes.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que durante esta época de año, la exposición al sol es mucho menor, por lo que el aporte de vitamina D, que mayoritariamente se sintetiza durante los meses estivales a través de la luz solar, ahora se puede procesar y compensar con un aporte de nutrientes extras, incluyendo en la dieta algunos alimentos otoñales como las setas, el huevo o el pescado azul, entre otras opciones.
Sin embargo, hay algunos productos de temporada que marcan la tendencia.
5 productos para mantener el sistema inmune a raya
1. La granada, muy antioxidante
La granada, como fruta de la temporada otoñal, es uno de los mejores aliados durante estos meses para nuestro sistema inmune. Se trata de un antioxidante que se encarga de mantener en buen estado todas las células del organismo.
Además, su versatilidad permite incluirla en gran variedad de platos, en ensaladas, para postre o en zumos.
2. Las castañas, con alto contenido en vitamina C y manganeso
Además de sabrosas y típicas de los meses de octubre y noviembre, son una poderosa fuente de antioxidantes y poseen una importante cantidad de vitamina C. El manganeso aporta energía además de proteger las células.
3. No olvidar las nueces
Resultan muy socorridas y pueden sustituir a los inevitables “picoteos” de entre horas. Comer 4 o 5 nueces al día atribuye grandes beneficios; nada menos que aproximadamente un 30% de la vitamina E que necesitamos al día. Vitamina que prolonga la vida de las células.
Otra de las bondades de las nueces son los polifenoles, con múltiples propiedades antioxidantes y aliados del sistema circulatorio, además de ser protectores del cerebro y de nuestras neuronas. Contienen Omega-3, ácidos grasos antiinflamatorios, que favorecen el desarrollo de la microbiota.
4. Boniato
El boniato es uno de los tubérculos más recomendables para nuestro sistema inmunitario en otoño. Tiene los efectos antioxidantes necesarios y es rico en vitaminas A y C. Se puede preparar en multitud de platos. Como guarnición, en forma de chips, rehogado con otras verduras de temporada, al horno, o también se puede incluir en recetas para postres.
5. La vitamina C de la calabaza
La calabaza es muy socorrida porque es típica de esta época y además es capaz de mantener nuestras defensas a raya por su elevado contenido en vitamina C para el funcionamiento óptimo de las células inmunitarias. Ya sea en cremas, o en bizcochos y pasteles, es muy sabrosa.
Llevo más de 20 años trabajando como fisioterapeuta, pero mi ámbito profesional y mi forma de vida dio un giro de 180 grados cuando me convertí en lo que soy actualmente: especialista en Psiconeuroinmunología clínica. Disciplina que me ha brindado la oportunidad de crecer exponencialmente y que llegó a mí de la mano del Dr. Leo Pruimboom, fundador y referente mundial por excelencia de esta disciplina médica. Una nueva vía de intervención que descubrí cuando aún estaba cursando mis estudios universitarios en Fisioterapia, que cambió mi perspectiva y por su puesto la manera de trabajar con los pacientes.
Labor clínica, con la que no dejo de aprender constantemente y disfrutar cada día. Además, al mismo tiempo me permite desarrollar mi segunda actividad y pasión, la de coordinar el Máster en PNIc. Me encanta mantener un nexo de unión continuo con los grandes referentes y docentes, y comprobar cómo los alumnos van adquiriendo una nueva dimensión de conocimiento y formación.
Todo ello no sería posible sin el motor de mi vida, mi pequeña gran familia, (Gonzalo y mis cuatro hijos) y esos momentos de desconexión. Descargo adrenalina jugando al baloncesto, bailando flamenco y no cambio por nada del mundo disfrutar de un buen vino con mis amigos.