La relación mente, cerebro y sistema inmunológico es objeto de estudio en constante evolución. En este contexto, se ha demostrado que la práctica regular de determinadas actividades como la meditación o el mindfulness registran cantidad de beneficios para nuestra salud. Por sus múltiples bondades, cada vez son más las personas que tienen incorporada en su rutina diaria la meditación o la práctica del mindfulness.
Dentro de la psiconeuroinmunología clínica, la conexión entre los distintos estados emocionales, el estrés, y nuestro sistema, así como aquellos tratamientos o pautas adecuadas para lograr mejorar la salud de los pacientes ante determinadas patologías es fundamental.
Sin embargo, en múltiples ocasiones se suelen confundir ambos conceptos, porque aunque tienen puntos en común, meditación y mindfulness no son esencialmente lo mismo.
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Meditación: el viaje interior hacia la salud
La meditación es una práctica ancestral, que supone aplicar técnicas para lograr un estado de conciencia alterado, fomentando así la relajación profunda y la conciencia plena.
Desde la perspectiva de la psiconeuroinmunología, tiene múltiples efectos positivos. Desde la reducción del estrés, crucial, ya que el estrés crónico es una de las alteraciones del sistema inmunológico más frecuentes de nuestras sociedades actuales.
Algunos estudios demuestran que la práctica de meditación de forma regular puede disminuir la producción de citoquinas proinflamatorias y aumentar la actividad de las células T (que ayudan a proteger el cuerpo de algunas infecciones y enfermedades como el cáncer), fortaleciendo de este modo el sistema inmune.
Mindfulness: conciencia plena para el bienestar
Por su parte, el mindfulness o atención plena, es una forma de meditación que se centra en reconocer, aceptar pensamientos y emociones presentes sin juzgarlos.
Para la psiconeuroinmunología, la práctica de mindfulness puede mejorar la regulación emocional, reducir el estrés y, por tanto, influir positivamente sobre el sistema inmunológico.
La práctica regular de mindfulness se ha asociado con la reducción de biomarcadores de estrés y una mayor actividad de los linfocitos, que son clave para una respuesta inmune efectiva.
Sus diferencias y similitudes
Aunque ambas disciplinas tienen muy presente la conciencia plena, su enfoque y práctica es distinta. La meditación supone también la desconexión del entorno junto con técnicas como el control de la respiración o la visualización.
En cambio el mindfulness está especialmente centrado en la conciencia del momento presente, fomentando así la participación activa en la experiencia actual.
Ambas prácticas comparten un objetivo común que es reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional y físico, algo que en psiconeuroinmunología clínica está directamente vinculado con la función inmunológica.
Como se puede demostrar, la meditación y el mindfulness van mucho más allá de su lado espiritual o de puntuales momentos de relajación.
Básicamente son poderosas herramientas respaldadas por la ciencia y disciplinas científicas como la psiconeuroinmunología clínica.
Integrarlas y hacer que formen parte de nuestros hábitos, permitirán mejorar considerablemente la salud mental, física y reforzar el sistema inmune.
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Llevo más de 20 años trabajando como fisioterapeuta, pero mi ámbito profesional y mi forma de vida dio un giro de 180 grados cuando me convertí en lo que soy actualmente: especialista en Psiconeuroinmunología clínica. Disciplina que me ha brindado la oportunidad de crecer exponencialmente y que llegó a mí de la mano del Dr. Leo Pruimboom, fundador y referente mundial por excelencia de esta disciplina médica. Una nueva vía de intervención que descubrí cuando aún estaba cursando mis estudios universitarios en Fisioterapia, que cambió mi perspectiva y por su puesto la manera de trabajar con los pacientes.
Labor clínica, con la que no dejo de aprender constantemente y disfrutar cada día. Además, al mismo tiempo me permite desarrollar mi segunda actividad y pasión, la de coordinar el Máster en PNIc. Me encanta mantener un nexo de unión continuo con los grandes referentes y docentes, y comprobar cómo los alumnos van adquiriendo una nueva dimensión de conocimiento y formación.
Todo ello no sería posible sin el motor de mi vida, mi pequeña gran familia, (Gonzalo y mis cuatro hijos) y esos momentos de desconexión. Descargo adrenalina jugando al baloncesto, bailando flamenco y no cambio por nada del mundo disfrutar de un buen vino con mis amigos.