Deporte y termorregulación, la receta eficaz y efectiva que explica la PNI, y que resulta totalmente eficaz para combatir y luchar contra las altas temperaturas durante los entrenamientos prolongados y las competiciones. ¿Qué mecanismos se emplean?
En la primera parte de este post intentamos explicar cómo la termorregulación nos permite controlar de alguna manera la temperatura corporal y frente algunos fenómenos externos a los que se expone.
Con la práctica deportiva estas circunstancias se agravan y producen lo que se llama estrés térmico. El calor, la actividad extrema y la exposición a un ejercicio prolongado pueden caer en el cansancio y la fatiga, que hacen decaer el ansiado rendimiento que cualquier deportista necesita.
Esta vez vamos a hablar de esos mecanismos y estrategias para poder conseguir mejorar considerablemente el rendimiento deportivo, y con las herramientas que la psiconeuroinmunología clínica cuenta. En la actualidad son numerosos los deportistas de diferentes disciplinas que se suman a esta práctica, porque se han dado cuenta que funciona y sobre todo mejora.
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Recomendaciones para un rendimiento óptimo en el deporte ante el calor
Mantenerse a pleno rendimiento es una de las premisas fundamentales en cualquier práctica deportiva, y el estrés térmico por temperaturas in extremis hace que disminuya.
En cualquier caso, la clave está en mantener la temperatura normal ¿Cómo se conserva o se elimina un exceso de calor?
La explicación científica es que el traspaso de calor en el cuerpo se produce por conducción, convección, radiación y evaporación. En los primeros tres casos es bidireccional, es decir, se produce por la temperatura entre la piel y el medio exterior y la piel lo absorbe, y esto ocurre siempre que haya un desajuste importante, tanto si la temperatura ambiente es más cálida o menos cálida. Por ello, las siguientes pautas ayudarán a mantener la temperatura corporal sin grandes sobresaltos.
1. Entrenamientos a tope a primera o a última hora del día
Es importante dejar la actividad física intensa durante las horas donde las temperaturas no aprietan con el calor, o al menos y siempre que sea posible, evitando el sol directo por zonas con sombra.
2. Sudar, muy buena señal
El sudor es la respuesta natural del organismo para mantenerse a pleno rendimiento; sobre todo “termorregula”. Esto ocurre cuando el calor se produce por evaporación, el sudor cambia de líquido a gaseoso, por tanto con el ejercicio intenso se elimina por el sudor, una protección importante y clave para la termorregulación y la resistencia durante el ejercicio prolongado.
3. La hipertermia, una señal de aviso para frenar el ritmo
La hipertermia, es decir, el aumento de la temperatura corporal repentina causada por alguna afección como una infección donde aparece la fiebre o que se produce por ejemplo con una insolación, es una respuesta terapéutica del propio sistema inmunitario.
Esta hipertermia puede aparecer durante la práctica de una actividad deportiva intensa, y cuando aparece en estos casos, se convierte en una señal de alarma positiva que avisa al sistema nervioso central de que el cuerpo sufre una crisis por calor.
Este aviso, que se manifiesta con la fatiga, fuerza a la interrupción del ejercicio con el objetivo de evitar un aumento de la temperatura corporal.
En definitiva, estas pautas ayudan a combatir el estrés térmico con la actividad deportiva intensa con las temperaturas altas. Todas estas recomendaciones y mucho más acerca de termorregulación y deporte podrás pautar a tus pacientes, a través de la formación en PNI clínica.
Fuente:
Lim, C. L., Byrne, C., & Lee, J. K. (2008). Human thermoregulation and measurement of body temperature in exercise and clinical settings. Annals Academy of Medicine Singapore, 37(4), 347.