Hace unas semanas hablamos del contacto continuo que mantenemos con sustancias y tóxicos que somos incapaces de asimilar. Los seres humanos no estamos preparados para asumir y metabolizar todas estas mini amenazas que pueden ser más o menos perjudiciales para nuestro sistema inmune, y el desencadenante de múltiples patologías.
En esta ocasión en el camino hacia la concienciación y con el firme propósito de tratar de evitar esos elementos perjudiciales para la salud, vamos a centrarnos en algunos hábitos clave de desintoxicación desde la PNI clínica.
¿Te gustaría mejorar la salud de tus pacientes y la rentabilidad de tu clínica al mismo tiempo?
Rellena el siguiente formulario y accede totalmente gratis nuestro webinar donde podrás descubrir de la mano de Daniel de la Serna las claves más importantes para mejorar el rendimiento y rentabilidad de tu clínica, favoreciendo la satisfacción de tus pacientes.
Nuevos hábitos para evitar toxicidad
Primero de todo, la educación y concienciación social son esenciales. La divulgación es escasa, por ello es importante difundir más información sobre la influencia de los tóxicos en el funcionamiento de nuestras propias células y del sistema inmunitario innato y adaptativo.
Todos estos elementos de los que hablamos en el primer post, como pueden ser los perfumes y colonias, la higiene personal o íntima, incluso los productos de limpieza y detergentes, los tenemos muy incorporados en nuestra rutina diaria, y es complicado eliminarlos de manera radical. Pueden producir alergias, jaquecas, dermatitis y gran cantidad de sintomatologías que muchas veces no somos capaces de asociar con el uso de estos artículos.
Todos estos hábitos podemos cambiarlos de forma progresiva mediante la sustitución de productos menos agresivos y naturales. Por citar algunos ejemplos, para eliminar bacterias y algunos olores, se puede sustituir el vinagre como desinfectante natural, o incluso ventilar los hogares mediante la apertura de puertas y ventanas.
También es importante restringir el uso de plásticos (de las bebidas y envases de multitud de alimentos) por el vidrio por ejemplo, que es un material más sostenible y reciclable.
Existen un montón de alternativas que pueden cambiar nuestro estilo de vida evitando en la medida de lo posible los tóxicos.
La alimentación ecológica
Otro de los desafíos fundamentales para el cambio pasa por la alimentación. La cantidad de plaguicidas, pesticidas, etc. que están alterando el ecosistema, hace que finalmente los ingiramos y que afecten directamente a nuestra microbiota. Las intolerancias alimentarias y alergias están a la orden del día.
En las consultas diarias cada vez hay más casos de SIBO, disbiosis, y enfermedades relacionadas con el aparato digestivo, el mal funcionamiento del microbioma y con otras patologías como la inflamación de bajo grado, la neuroinflamación (que afectan al neurodesarrollo y otros trastornos como el TDHA), o las enfermedades víricas.
Sin embargo, aquí hay un gran hándicap, que es el precio, pues no todo el mundo en igualdad de oportunidades puede acceder a la alimentación ecológica y sostenible. Estos alimentos suelen ser más caros y complicados de conseguir que los procesados.
Estrategias y cuidados
1. Controlar el estrés y los niveles de cortisol
Principalmente la clave está en protegernos del estrés, ya que si a pesar de hacer deporte, comer bien y sano, suplementarnos, o cuidar los demás aspectos, no somos capaces de mejorar las emociones y situaciones de desequilibrio, lo demás es complicado.
La intoxicación de cortisol y el ritmo de vida frenético está detrás de todas las patologías, por lo que si no trabajamos posibles decaídas ante algún posible desafío o dificultad, y somos capaces de poderlas manejar, resulta complicado.
2. Cambiar hacia hábitos más saludables
Lo importante es contar con información suficiente para poder ser capaces de llevar a cabo determinados cambios para nuestra salud y evitar los tóxicos.
Una vez iniciada esta etapa de transformación, los beneficios que nos va a aportar el cambio para nuestro organismo son fundamentales, y nuestro cuerpo va a empezar a reaccionar. Un simple gesto de cambio, será el primer paso para animarnos y continuar.
Esto pasa por aspectos como,
- El control ambiental, respirando aire en espacios libres de contaminación, independientemente de si se vive en la ciudad o en zonas rurales (porque hay que tener en cuenta que algunas zonas despobladas también sufren contaminación). Los pesticidas, son un peligro en las áreas agrícolas que provocan numerosos problemas de salud problemas con glifosato que genera numerosos problemas.
- La alimentación saludable y sostenible, cuidando de nuestra microbiota, ya que los plaguicidas, pesticidas, etc. están alterando el ecosistema y finalmente estamos ingiriendo alimentos que están afectando al intestino con patologías que aparecen en forma de intolerancias alimentarias, de SIBO, de disbiosis, etc.
- Atender la inflamación sistémica. Los problemas de neuroinflamación y funcionamiento dificultan la respuesta a posibles enfermedades víricas, incluyendo la inflamación de bajo grado que desencadena en problemas cardiovasculares, obesidad, sobrepeso, resistencia a la insulina, trastornos del neurodesarrollo, etc.
- Respetar los ciclos circadianos.
- Controlar el origen emocional.
Llevo más de 20 años dedicado al campo de la salud y de la formación, especializado en el ámbito de la Psiconeuroinmunología clínica.
He tenido la suerte de formarme y entrar a formar parte del equipo del Dr. Leo Pruimboom, la gran referencia internacional en esta disciplina.
Me apasiona mi labor docente, poner al servicio de cientos de alumnos de todo el mundo todo este bagaje y conocimiento para acompañarles en el proceso de formación en esta maravillosa disciplina.
Igualmente disfruto y aprendo de mis pacientes en mi labor clínica diaria.